Me pierdo en tus silencios, en tu arquitectura
De ángulos rectos,
De giros
inesperados.
Recuerdo, cuando enterrábamos amapolas en el jardín
cuando llenábamos bañeras de esperanza, de alegría.
Anegadas se hallan de
vacío, áspero y silencioso como la vida misma.
Como el dolor de quién ve todo lo construido temblar
Como un arquitecto, como un ser humano sin su traje
de mentiras.
Mientras tanto, sigo recordando tu calor, sol, el que ya no
me puedes dar y el que nunca me darás.